El autorretrato es uno de los ejercicios de análisis más profundos que puede hacer un artista. Implica escrutarse el rostro y conocerse hasta tal punto que la expresión que tenga en ese momento se traduzca en la fotografía que aborda. Un autorretrato no necesariamente implica un género realista. Tampoco implica necesariamente el término asociado a la fotografía o a la pintura. Existe también como recurso literario. Aunque genéricamente hablamos del retrato o autorretrato como si se tratase invariablemente de la fotografía del rostro de una persona, su esencia va mucho más lejos. Un retrato o autorretrato implica la participación de muchos elementos y la perfecta armonía de todos ellos. Desde el equipo a emplear hasta la complicidad del modelo profesional u ocasional, se debe tener en cuenta que todos los detalles son esenciales y que el fallo de uno solo puede echar por tierra el resultado final. Y es que si hay una imagen que transmita un sentimiento, esa es un retrato o autorretrato.

Alberto García Alix (nacido en León, 1956) es un fotógrafo español. Premio Nacional de Fotografía en 1999, García Alix expuso por primera vez en la Galería Buades en 1981.

La fotografía para Alberto García Alix es un diario personal donde va anotando en imágenes sus experiencias. Una catalogación de su universo personal: sus amigos y sus compañeros de viaje, los escenarios que frecuentan o las casas donde viven, las calles, las noches, las motos, las novias, las huellas de las peleas o los tatuajes. Un glosario deliberadamente narcisista pero preñado de poesía urbana.
Nacido en León en 1956, su relación con la fotografía comienza en 1976, utilizando la cámara como un instrumento para perpetuar las emociones o simplemente las situaciones. La coherencia de su trabajo así como sus incursiones en el ámbito profesional y editorial hacen de Alberto García Alix uno de los fotógrafos españoles más activos. Sus retratos se caracterizan por el exquisito respeto a sus personajes, resolviendo las composiciones con sobriedad y un refinado gusto clásico exento de manipulaciones gratuitas. Los objetos, vistos a través de su cámara se enriquecen de pasado y de evocaciones; describen por elipsis a sus dueños o se convierten en homenaje póstumo a los que se quedaron en el camino. Son elementos fundamentales en la minuciosa y apasionada descripción que García Alix hace de su mundo.
Los escenarios completan el mosaico. Cada rincón de una calle o de una habitación, cada paisaje, es el testigo mudo de una historia, de una aventura. La vida para Alberto García Alix es una epopeya permanente que a menudo frecuenta los abismos y la violencia pero que, a través de su fotografía, deja entrever una profunda ternura.

El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, MNCARS, le dedica una exposición que nace de un texto elaborado por el fotógrafo y convertido en vídeo expresamente para la muestra: De donde no se vuelve. El vídeo articula el desarrollo y discurso de la exposición, junto a una extensa selección de fotografías de diferentes épocas y formatos. Vídeo y fotos forman un todo que recorre la trayectoria del artista."