Introducción

Las profecías decían que el final del mundo llegaría en el año 2012. Muchos datos de civilizaciones pasadas o creencias religiosas lo confirmaban. Investigaciones científicas corroboraban  que un meteorito de gran tamaño impactaría contra nuestro preciado planeta. Nada de eso fue necesario ni se produjo en el tiempo estimado. “Nosotros, la humanidad, nos convertimos en ese cancerígeno virus destructor que acabaría con esa hermosa y vital célula llamada Planeta Tierra”.

Esta historia tiene lugar en un futuro cercano, unos treinta años después de "la Tercera Guerra Mundial". La misma que dejó al mundo convertido en una desolada superficie de ciudades asoladas y caminos pulverizados. La civilización es sólo un recuerdo y la única ley que existe es la del más fuerte. Nuestro protagonista, el fotógrafo Gabriel Martínez, abandonó la vida cómoda y segura de un refugio en el subsuelo donde habitaba para conseguir capturar las imágenes reflejadas por la sorprendente luz solar del exterior que su anciano amigo Thomas le había descrito tantas veces. Al comienzo de su viaje, sólo se dedicaba a fotografiar esos amplios paisajes devastados y nuevos para él que tanto le llamaban la atención, pero al paso del tiempo se fueron cruzando en su camino algunos de los supervivientes de la catástrofe y Gabriel tomó conciencia de la situación en la que vivían aquellos pobres moradores del yermo en contrastada relación con la forma de vida suficientemente abastecida que él mismo había tenido en aquel refugio llamado hogar. Donde, a parte de la luz del sol, nunca le faltó nada. A partir de este momento se animó a inmortalizar la total desolación que atormentaba a los habitantes de ese yermo que tiempo atrás fue la península ibérica y se dedicó a la documentación de las condiciones y del medio en el que se desenvolvía el hombre, tanto en forma individual como social y, en ese sentido, su nivel de complejidad es muy profundo.